El arte ancestral del hielo en los Andes ecuatorianos
En los rincones de la provincia de Chimborazo, entre las faldas de uno de los volcanes más emblemáticos del Ecuador, se preserva una tradición que desafía al tiempo: la recolección de hielo natural. Esta labor, que antaño fue una actividad común entre los habitantes de los Andes, es hoy llevada a cabo por los pocos herederos del conocimiento ancestral del hielo.
Entre ellos se encuentra una familia que ha dedicado generaciones a esta práctica. Las expediciones hacia la cumbre del Chimborazo se convierten en un ritual que conecta al hombre con la naturaleza y su entorno, destacando la fuerza y tenacidad necesarias para extraer bloques de hielo del volcán, que luego son transportados a las comunidades cercanas.
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El retorno de estos hieleros a sus pueblos es motivo de celebración. En Guano, una localidad con arraigadas costumbres, se siente el eco de este oficio en sus calles y en la memoria de su gente. A pesar de los cambios que trae la modernidad, el legado se mantiene vivo a través de relatos orales y demostraciones que fascinan tanto a locales como a visitantes, rejuveneciendo el interés en las tradiciones ancestrales.
Este arte no solo se preserva en la práctica, sino también en el alma de los habitantes, quienes lo ven como un símbolo de identidad y resistencia. Con cada paso que dan los hieleros sobre la nieve, se reafirma un linaje que ha sabido adaptarse a las adversidades del clima y del tiempo, asegurando que el legado del hielo no se derrita con el olvido.